domingo, 9 de diciembre de 2012

Un desafío al tiempo.

Los segundos, los minutos, las horas.
Todos ellos indicadores inventados, con
precarias posibilidades de ser ciertos.

El tiempo es una simple interpretación de la existencia.

Ergo, lo único que nos permite ser autenticos en nuestra
forma de existir, es vivir los días y las noches sin
pensar en que la mañana que viene volverá a tener un sol
radiante, tal como lo dicen los libros y la ciencia.

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